miércoles, 30 de junio de 2010

Lucrecio, la física moderna y el límite de lo humano

Los problemas del conocimiento son, quizás, la única ocupación humana que vale la pena. Sin embargo, entre sus dificultades se encuentra el límite mismo de la condición humana, de lo pensable. Una y otra vez terminamos encontrando estos límites de muy distintas maneras.

Lucrecio canta:


"... Quiere
de este modo formar naturaleza
los cuerpos , sin que alguna de sus partes
separación o menoscabo sufra.
Además, si nosotros no admitimos
de división un término preciso,
se compondrán los cuerpos más pequeños
de infinidad de partes, caminando
de mitad en mitad al infinito"


El infinito es impensable, como la eternidad. Pero no por ello deja de existir. La reluciente paradoja de que el número total de números primos sea igual al número total de números pares, nos causa la feliz perplejidad de otear un abismo.

El bello fragmento motiva otra reflexión, además del placer estético. La física cuántica sigue empleando el término átomo sin embargo, le han dado a este una estructura en la que se puede dividir. Y a su vez se desarrollan desde hace tiempo intentos de explicar cada una de esas partes aludiendo a nuevas unidades, por ejemplo las supercuerdas.

El tiempo dirá si esas unidades son las últimas o a su vez se dividen en nuevas. La curiosidad es el verdadero motor del mundo. Un fragmento de infinito.