lunes, 13 de septiembre de 2010

La herencia maldita

Le reprocho pocas cosas a Borges. Pero hay una imperdonable. Si hay un responsable de haber impuesto la primacía del ingenio sobre la inteligencia, ese ha sido justamente el. No es que le faltara, pero el personaje que construyó, que terminó por devorarlo, que terminó por hacer de el un "escritor popular" (quizás a su pesar, pero no lo aseguraría), hizo parecerlo todo fácil.

Pero lo que es propio del literato, el lujo acerado de un estilo, no es una herramienta para cualquier ocasión. Da pena cuando vemos el atajo de humor bobo o una salida falsamente profunda, en una materia de discusión que compromete lo genuinamente humano: la política.

Aunque dados algunos actores en escena del debate contemporáneo, hay veces que se me da por extrañar hasta el ingenio fláccido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario